LA REVOLUCIÓN CUBANA

Por Víctor Longares Abaiz


El 8 de enero de 1959, Fidel Castro y sus guerrilleros entraban en La Habana. Se consolidaba así el triunfo de la Revolución Cubana. Pero no vamos a explicar hoy los detalles de aquella revolución, ni cómo llegaron al poder en Cuba. Queremos reflexionar un poco acerca de un país que suele ser utilizado en Occidente como un arma arrojadiza y sobre el que se descargan una gran cantidad de bulos.



CUBA ANTES DE LA REVOLUCIÓN

Hasta el triunfo de la Revolución Cubana, el dictador Fulgencio Batista había convertido Cuba en un cortijo personal, donde llevaba a cabo los más oscuros negocios, sobre todo con Estados Unidos. Lucky Luciano, Vito Genovese, Santo Trafficante, Albert Anastacia, Frank Costelo... y lo más granado de la mafia estadounidense extendió sus negocios en la isla gracias a él. Mientras tanto, su represión a los opositores era escandalosa.


¿Qué decía Estados Unidos? Lo consideraba un "buen vecino" y los estadounidenses, aparte de las oportunidades de negocio que les brindaba su amigo Batista, disfrutaban del turismo, el juego en los casinos y la prostitución. Batista convirtió Cuba en el prostíbulo de América, donde el narcotráfico y el crimen organizado disfrutaban de un paraíso caribeño a su medida.

¿Cómo vivían los cubanos? El 60% de los campesinos vivían en barracones de techo de guano y piso de tierra, sin sanitarios ni agua corriente. No disponían de electricidad, la mayoría eran analfabetos y sufrían malnutrición. La opción de emigrar a la ciudad tampoco era buena idea, pues más del 20% de la población activa urbana estaba formado por desocupados crónicos. Los jóvenes se convertían en carne de cañón de los negocios de la mafia estadounidense, que llamaba a Cuba "Las Vegas Latina". 



TERRORISMO Y EMBARGOS CONTRA CUBA

Por eso, el triunfo de la Revolución Cubana supuso un duro golpe para los estadounidenses que esquilmaban la isla con sus juergas y negocios. No vamos a negar que hubo ejecuciones, ni que se expropiaron tierras, ni muchas otras cosas. La historia no se debe ocultar. Pero, ¿de quién eran esas propiedades expropiadas? ¿Quiénes fueron los perjudicados? Ni eran los campesinos ni los trabajadores los que se enriquecían con los casinos, el narcotráfico o con la explotación de las tierras por empresas norteamericanas. Lo primero que hicieron los revolucionarios fue acabar con esa situación de dependencia mafiosa respecto a Estados Unidos. 

Por supuesto, Estados Unidos no podía tolerarlo. Durante varias décadas, infiltró terroristas en Cuba, que asesinaron estudiantes, dirigentes políticos, líderes obreros o campesinos... e intentaron en multitud de ocasiones acabar con la vida de Fidel Castro. 

A la vez que preparaban todo tipo de acciones terroristas, los Estados Unidos de América recurrían a la guerra económica. En 1960, el presidente estadounidense Dwight Eisenhower rompió relaciones con Cuba y suspendió el comercio con la isla y decretó sanciones para los países extranjeros que comerciaran con Cuba. La respuesta de Castro fue nacionalizar las empresas estadounidenses. Estas sanciones se fueron endureciendo posteriormente, al comprobar Estados Unidos que no conseguía hundir al país caribeño. Así, se promulgaron la Ley Torricelli (1992) o la Ley Helms-Burton (1996). La última vuelta de tuerca a este bloqueo a Cuba la ejecutó Donald Trump, restringiendo los permisos para viajar a la isla.

Después de más de 60 años de terrorismo y bloqueo, ¿por qué sobrevive el régimen cubano?


ÉXITOS DEL RÉGIMEN CUBANO

A pesar de los problemas económicos que más de medio siglo de embargo le suponen, Cuba ha sabido organizar un sistema sanitario universal y gratuito, sostenido íntegramente con los presupuestos estatales. Tiene algunos problemas de suministros de fármacos o material quirúrgico, por culpa del bloqueo, que se ve subsanado en parte, con la ayuda de algunas organizaciones internacionales y la cooperación de otros países como China. 

Según la Organización Mundial de la Salud, el sistema sanitario cubano es, junto con el chileno, el mejor de América Latina. En 2017, era el cuarto país con más esperanza de vida de todo el subcontinente.



Cuba, con 11 millones de habitantes, tiene 95.000 médicos, 9 por cada 1.000 habitantes (por comparar, en Francia y Reino Unido son 3, en Estados Unidos 2 y en España 6). Aparte, cuenta con 85.000 enfermeros, ascendiendo la cifra total de personal sanitario a 492.000. 

A pesar de la humillación internacional que recibe Cuba, envía misiones médicas a unos 60 países, desde 1963, en que envió ayuda médica a Argelia. Desde entonces, 400.000 profesionales sanitarios han sido enviados a América Latina y el Caribe, África, Oriente Medio, Asia e incluso Europa (durante la pandemia de 2020, envió personal médico a Italia, España, Portugal...). Incluso Estados Unidos, responsable de gran parte de los problemas económicos de la isla, se ha beneficiado de esta ayuda médica. En 2005, Fidel Castro ofreció asistencia médica a los afectados por el huracán Katrina en Nueva Orleans.

Si la situación sanitaria es esta, podemos preguntarnos si también la educativa es de calidad. Al igual que la Sanidad, la educación es un derecho de todos los cubanos, pero no solo en los niveles obligatorios,  sino también en la educación superior y universitaria. Por eso, en Cuba, 1 de cada 17 habitantes tiene estudios universitarios.


RESPETO A CUBA

Por eso, Cuba merece ser tratada con mucho más respeto y es necesario que terminen ya todas las sanciones criminales a las que es sometida. Mientras Cuba no pueda estar en el escenario internacional en igualdad de condiciones al resto de países, cualquier crítica a su gobierno, sistema político o economía carece totalmente de fundamento.



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