LOS GOONIES: UNA FÁBULA OBRERA DE AMISTAD Y UTOPÍA

Por Víctor Longares Abaiz


El verano de 1985, se estrenó una película que marcó a toda una generación, pero que ha continuado gustando a las siguientes, pues los niños actuales siguen disfrutando con ella. Se trata de Los Goonies.

Dirigida por Richard Donner y con guion de Chris Columbus, Los Goonies son un grupo de adolescentes que descubren el antiguo mapa del pirata Willy “El Tuerto”. Estos adolescentes viven en un barrio amenazado por los especuladores inmobiliarios. Por eso, con la intención de salvar sus hogares, se lanzan a la aventura de encontrar ese tesoro, siendo perseguidos por una familia de criminales, los Fratelli.

 

Mensaje contra la especulación inmobiliaria

Pero los malvados no son solo los Fratelli, ni Los Goonies es simplemente una película de aventuras juveniles. La película trata un tema muy serio y, desgraciadamente, de plena actualidad: el de las familias obreras que pierden sus hogares por culpa de la especulación inmobiliaria. El mapa del tesoro es una metáfora, pues simboliza la búsqueda desesperada de una salida digna frente a quienes quieren convertir el terreno donde se levantan sus casas en un exclusivo campo de golf.

Por eso sigue gustando esta película. Cuarenta años después, el mensaje sigue vivo, pues barrios enteros son destruidos por la gentrificación y el turismo, siendo siempre la clase obrera la que tiene que abandonar sus casas, para beneficio de los más ricos.

 


Oda a la amistad juvenil y unión de la clase obrera

La película es un llamamiento a la amistad juvenil. En una edad en la que la sociedad empuja hacia la competitividad, Los Goonies reivindican la fuerza del grupo, la diversidad de personalidades y la unión frente a un enemigo común. El mensaje es claro: juntos somos más fuertes que la soledad que impone el sistema.

Cada personaje aporta algo distinto, sin importar sus limitaciones o rarezas. Mouth traduce, Data inventa, Chunk aporta humor y corazón, Mikey sueña. No hay un “héroe individual” al estilo burgués: el triunfo es colectivo, porque cada cual suma desde lo que tiene. Esa es la auténtica ética obrera: cooperar, compartir, resistir.

 


Imaginación y utopía como resistencia

El tesoro de Willy “El Tuerto” no es solo oro y joyas: es la esperanza que permite a los Goonies enfrentarse a un mundo gris que amenaza con desalojarlos. La aventura funciona como metáfora de la imaginación y la utopía, herramientas imprescindibles para quienes vivimos bajo un sistema que quiere arrebatarnos los sueños. Como dice Mikey, “nunca digas que este es el final”, porque la rebeldía nace de la capacidad de soñar lo imposible.

 


 Conclusión

Los Goonies no es solo una película ochentera de culto: es una fábula obrera sobre cómo la amistad, la imaginación y la solidaridad pueden plantar cara a los poderosos. Una historia de barrio que nos recuerda que, en la lucha contra la especulación y el desarraigo, los tesoros verdaderos no son el oro ni las piedras preciosas, sino la comunidad y la esperanza compartida.



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